Por esa regla de tres se tendrían que prohibir los vehículos particulares (consume mas energía que el transporte público) o abrir las ventanas de las casas (se escapa la calefacción y el aire acondicionado)
El estado o autoridad pertinente solo puede prohibir cosas cuando es capaz de controlar que se respetan, hacer cumplir esa prohibición.
El ejemplo de las ventanas no es factible vigilar a cada familia a qué hora ventila y por cuanto tiempo, corregir esto entraría dentro de lo que son las campañas de sensibilización, como los anuncios de la DGT para que no bebas ni corras, o los de que no derroches agua si hay sequía, pues campañas para hacer a la población consiente de lo que supone el derroche energético.
Respecto en prohibir el vehículo particular pues se hace igual que el caso de las bombillas, en lugar de vigilar a 40.000 ciudadanos es más fácil vigilar a 40 fabricantes y cada cierto tiempo endurecer las normativas de emisión y que coches se pueden vender o no.