El maravilloso poder del pez eléctrico se conocía incluso antes del descubrimiento científico de la electricidad. De hecho, en la Época Romana ya se tenían conocimientos prácticos gracias a múltiples experiencias con estos animales, y prueba de esto son los numerosos registros que aparecieron sobre electroterapia, en los que animaban al uso terapéutico de las descargas de la raya eléctrica.
La capacidad de producir electricidad es una herramienta animal que sirve no solo para aturdir a presas o defenderse de los depredadores, sino que también es utilizada para la navegación y la comunicación, generalmente en aguas turbias o en ambientes nocturnos. Un buen ejemplo son algunos peces tropicales de agua dulce que pueden llegar a construir una imagen de su mundo que no depende de la vista, el oído, el olfato o el tacto.
Ya sea para un fin u otro, todos los peces que poseen esta habilidad lo hacen gracias a un órgano que contiene células eléctricamente excitables llamadas ‘electrocitos‘. Los electrocitos son esencialmente células musculares que han perdido la capacidad de contracción y que por sí solas producen muy poca electricidad, por eso, para que se produzca una gran tensión, debe haber muchas de estas células dispuestas en serie dentro del órgano que son capaces de reaccionar simultáneamente comportándose de forma análoga a una batería (sumándose los potenciales generados de cada electrocito)
En los peces fuertemente eléctricos, tales como la anguila, pez gato … este órgano es de gran tamaño y contiene numerosos electrocitos. El voltaje de la descarga puede llegar a superar los 600 voltios. En los peces débilmente eléctricos, que utilizan la electricidad generalmente para la navegación y la comunicación, el voltaje de la descarga es mucho menor, a menudo menos de un voltio.
Muchos de estos animales además de producir electricidad, también la sienten gracias a un órgano muy sensible incrustado en la piel llamado electrorreceptores capaces de detectar ligeros cambios en el campo eléctrico producidos por objetos cercanos. Por lo tanto, se podría decir que “ven” los objetos en un ambiente donde la visión es muchas veces inútil. Este proceso se llama “electrolocalización activa” porque el origen de la electricidad que utilizan para electrolocalización es su propio órgano eléctrico (similar al sistema de orientación por ultrasonidos de los murciélagos)
Algunos peces como el tiburón no pueden producir descargas pero sí sentir la electricidad emitida por sus presas, incluso la más débil, llegando a encontrar animales enterrados a más de 30 cm de profundidad (electrolocalización pasiva).
Igual que cada estación de radio tiene su propia frecuencia de emisión, cada individuo tiene su propia frecuencia de descarga. Así que en el caso de que se crucen dos peces con frecuencias de descarga similares, y a fin de evitar que sus órganos eléctricos interfieren entre sí causando problemas, cada uno tiene que cambiar la frecuencias lo suficiente para el funcionamiento normal de la electrolocalización.
Si alguno esta pensando en usar esas descargas eléctricas a nivel práctico… siento decirle que los japoneses que son muy listos ya pensaron en ello, y han utilizado en un acuario una anguila para alimentar las luces del árbol de navidad para gran asombro de sus visitantes . Cada vez que la anguila hace un movimiento, dos paneles de aluminio toman suficiente energía para iluminar los dos metros de altura del árbol. Según ellos lo han hecho para ayudar a promover la sensibilidad ecológica de los visitantes, aunque para muchos pueda resultar un tema controvertido y no convencer del todo la viabilidad de su utilización.
[…]también la sienten gracias a un órgano muy sensible incrustado en la piel llamado[…]
http://es.wikipedia.org/wiki/Ampolla_de_Lorenzini
Saludos.
Gracias Joel. No lo nombré para no ser demasiado técnica y no aburrir más de la cuenta 🙂
Gracias por escribir esto, es muy interesante, siempre tuve curiosidad pero no busque información.
Y esto es lo que pasa cuando el señor cocodrilo intenta morder a la señora 600V
https://www.youtube.com/watch?v=VGbj9Up4dvs
Alucinante, pero al final se le mueve una pata ¿No?
Parece que sí, pero debe ser más un reflejo que otra cosa
Quiere esto decir que cuatro anguilas me podrían evitar la cuenta de la luz? Comeran mucho?
Puede que con las sobras del domingo apañes 🙂