Nueva lavadora

Algunos comentarios de técnicos y lo visto al desarmar me han hecho ver que uno de los motivos de ruptura típicos, el cojinete del tambor (en mi tierra le llamamos bombo) se averían en muchas ocasiones por el abuso de jabón y suavizante, que termina dejando depósitos y estropea los retenes de los rodamientos. Una vez entra el agua, empieza la corrosión, los desgastes, las fugas, etc.

Las cantidades recomendadas por los fabricantes de detergente y suavizante son excesivas, y si a eso se le suma el gusto del consumidor para que la ropa huela "a limpio" al sacarla (el olor a limpio no existe, es exceso de jabón/suavizante no enjuagado), pueden hacer que se reduzca la vida de esos componentes.

Discrepo completamente con el abuso en la cantidad de detergente y voy a intentar explicar el porqué.

Antes:
  • las lavadoras sumergían completamente la ropa en agua,
  • se solía lavar en caliente,
  • y todo el mundo usaba detergente en polvo cuyos componentes muy mayoritarios eran "diluyentes" semi-activos como los silicatos y carbonatos sódicos.
Actualmente:
  • durante el lavado, el agua no suele llegar ni a la parte baja de la escotilla,
  • se suele lavar desde t.a. a un máximo de 40ªC,
  • con el fin de ahorrar agua, se suele aclarar de forma escasa t dejar mas residuos de tensioactivos aniónicos tanto en el tejido y en la cuba
  • y casi todo el mundo usa detergentes líquidos o en forma de gel ("a granel" o en forma de cápsulas o tabletas).
  • la mayoría de los fabricantes de los detergentes do-si-fi-ca-bles suelen especificar que el número de dosis se refiere a lavados de ¡4 a 5 kg.! de ropa seca. ¿Cuantos de vosotros tenéis lavadoras de esa capacidad? A mi modo de ver, los fabricantes de detergentes juegan con el hecho de hoy en día la mayoría de las personas se duchan diariamente y tienen empleos tipo oficina, atención al público, ...y la ropa se suele ensuciar mucho menos que en el pasado.
Respecto a los llamados suavizantes, estoy mucho mas de acuerdo contigo. A modo de ver, no sólo son completamente innecesarios, sino que, al ser de naturaleza catiónica, suelen reaccionar con los restos del tensioactivo aniónico residual y precipitar. A la mayoría de los usuarios se nos ha convencido de que con ellos la ropa huele a limpio, cuando una cosa limpia de verdad no debe de oler a nada (o a si misma).
 
Buenas!

Estoy echando un vistazo a las lavadoras actuales...

Estaba pensando en una lavadora LG o AEG, que por lo que he leído salen "buenas".

Ahora bien, mi pregunta es si es mejor un tambor más o menos pequeño 7/8 kilos máximo o bien de 9 o más. Por el tema del estres/sufrimiento del motor.

Perdonad, pero no soy experto en el tema.

Recomendaciones?

Gracias!

Te voy a explicar someramente cual fue mi proceso de selección para sustituir la Samsung de 7 kg, 1200 rpm y 78 dB de vida relativamente corta, dado que ha dado servicio a sólo 2 personas adultas (1 lavadora semanal frente a la media española de 3).

Mis requerimientos fueron:
  1. motor inverter,
  2. eficiencia energética A,
  3. una capacidad nominal mayor que la última -por lo dicho en mi post #22,
  4. precio < 450€,
  5. potencia eléctrica <2100W (para compatibilizarla con mi Potencia Contratada de 2,3kW),
  6. mayor velocidad en la centrifugación (para ahorrar trabajo a la secadora),
  7. menor ruido al centrifugar (a mas silencio ¿menor desequilibrio en el eje?),
  8. una fiabilidad y longevidad histórica de las lavadoras de la marca situadas en la parte alta de las consultas efectuadas entre los socios de la OCU.
El factor mas limitante ha resultado ser la potencia de la resistencia eléctrica, que me ha eliminado todas las lavadoras del grupo BSH, las de BEKO y finalmente las LG -es un dato que, inexplicablemente, esta marca guarda como un gran secreto.

Finalmente, me he comprado por internet la AEG LFA6I8472A de 8kg, 1400 rpm y 74 dB por 379€ (puesta en la calle).
 
Poca agua + agua fría + exceso de jabón.

Poca agua + agua fría, completamente OK.

A lo que yo añadiría:
  • la eventual dureza del agua,
  • el abuso de programas cortos para -supuestamente- ahorrar energía,
  • posible uso de detergentes sólidos que precisan un mínimo de tiempo y temperatura para disolverse y poder actuar,
  • poca agua en el aclarado,
  • no dejar la puerta abierta y el cajetín de consumibles fuera después de cada lavado,
  • mala nivelación de la máquina, ...
 
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